Como emigrar te cambia la forma de pensar

De todos es sabido (porque se dice desde que el mundo es mundo) que cuando sales de tu zona de comfort tu forma de pensar cambia, porque vives cosas distintas y por ello tienes que actuar de forma que antes no habrías pensado.

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Yo siempre he sido una persona casera. No tengo la imperiosa necesidad de salir de mi casa cada día del año porque no encuentro tranquilidad en ella, al contrario, disfruto pasando tiempo con los míos. Pero desde que estoy en Natick tengo ganas de salir, de ver mundo, de comerme a quien se me ponga por delante…

Esto se debe (seguramente) a que, aunque estoy muy bien aquí, se que es algo temporal y por ello quiero ver todo lo que me pueda permitir. Lo malo de haber llegado con el mal tiempo es que las ganas de ver cosas no pueden con el frío y la oscuridad absoluta a las 4 de la tarde. ¿Lo bueno? que puedo ahorrar para cuando llegue el mes de viajar (el décimotercer mes de mi estancia en USA lo tengo para viajar por el país siendo persona legal en USA)

Quien me conoce desde siempre sabe que soy una persona con las cosas claras, de carácter firme y difícilmente manipulable, por lo que se me tacha de «rara» al no seguir a la manada cual borrego.

En USA y más concretamente en mi estancia en Boston y NYC he aprendido a ser más tolerante de lo que ya me consideraba. Hay situaciones en las que estando en tu «ambiente», en tu «casa» no tolerarías. pero ¡Ay, amigo/a! la cosa cambia cuando estás lejos.

A mi, el haber cruzado el charco, el haber tenido que dejar atrás mi casa y mis costumbres, me ha hecho valorar más lo que tengo en España:

*Desde hace 10 años (apróximadamente) dejó de gustarme la Navidad, cosas de la vida, pero este año he echado de menos las tradiciones de las que me quejaba y el compartir con los míos momentos de risas.

*MURCIA, ciudad que me ha visto nacer y crecer…Siempre decía que se me quedaba pequeña, que había mucho mundo y que en Murcia sólo había borregos… Ahora tengo más claro que nunca que Murcia es mi ciudad y que mi vida está allí. No digamos nada de Los Alcázares porque no me da para hacer un post tan largo XD.

*La comida, algo tan monónoto que dejamos de prestarle atención. De hecho muchos días piensas eso de «que rollo esto de tener que comer todos los días» y sin embargo ahora daría un año de mi vida por poder comer muchas de las cosas que tenemos en España!

Aunque también he aprendido que lo tuyo NO siempre es lo mejor, que (en mi caso) si te vuelves un poco más flexible y cedes a las «imposiciones» de los demás puedes llegar a pasarlo muy bien (no siempre tienen que ser imposiciones, depende de como se lo tome cada uno).

Ser au pair te permite conocer a gente de muchos sitios, todas con sus costumbres y creyendo que lo suyo es lo bueno. Y es muy curioso como vas aprendiendo cosas de cada una de las personas que vas conociendo:

*He aprendido a llevar el cargador del móvil casi siempre conmigo, porque si te quedas sin bateria en medio de la calle siempre puedes ir a un Starbucks.

*He aprendido que aunque el mundo sea muy grande, al final somos todos iguales…Con nuestros acentos según la zona en la que vivamos y nuestras «tírrias» entre vecinos.

*He aprendido que la gente te puede sorprender de manera abismal, tanto para lo bueno como para lo malo. Y que personas que conoces de unos días pueden convertirse en amigos «de toda la vida», mientras que gente que has tenido siempre en tu vida va desapareciendo poco a poco.

*He aprendido que en ciertas etapas de la vida necesitas «escapar» de lo que te rodea, empezar una «nueva vida» y aprender todo lo que puedas para cuando vuelvas cambiar las cosas que no te gustaban de antes.

*Estoy aprendiendo a aceptarme y quererme, con mis virtudes y defectos.

Y es que, señoras y señores, desde que el mundo el mundo se ha dicho que salir de tu zona de comfort te cambia la forma de pensar…Y por algo será.

Hasta la semana que viene!

Ana.